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Su abuelo fue como mozo a Balentzixa y se casó con la hija de la casa.
Tienen unas cinco hectáreas de terreno: tienen maÃz, habas y nabos. Antes tenÃan también trigo, pero ya no. Tienen muchos nogales, no dan trabajo y dan muchos frutos. Se las vende a la sidrerÃa Ilunpe de Usurbil.
Venden también leche.
Hicieron un nuevo caserÃo, donde viven ahora. Alrededor hay muy pocos caserÃos que sólo se dediquen a las tareas del caserÃo. Él salió a trabajar de joven, a buscar dinero.
La mayorÃa se han casado y se han ido fuera. Él cree que la casa deberÃa ser para el que más tarde está en ella, y no para el hijo mayor.
Por la mañana si no es él, es la mujer la que ordeña las vacas. Aunque él trabaja fuera de casa, llega a casa por la noche y hace las tareas de la casa. Sus dÃas más tranquilos fueron los que estuvo de soldado. Desde entonces no ha tenido vacaciones.
El sitio, sin embargo, es maravilloso.
Tratan a las vacas a la antigua usanza. Las alimentan y ordeñan tres veces al dÃa. Y aunque las vacas no tendrÃan problema en acostumbrarse a hacerlo dos veces, el padre sÃ. |
