Satrustegi

SM-010a

  • Archivo: SM-010a
  • Fragmento: A14
  • Duración: 00:35:55 - 00:46:00
  • Temas: brujería
  • Sumario: Sus abuelos vivían en casa. El abuelo estaba enfermo pero ningún médico sabía qué le pasaba. Fueron a Francia y le dijeron a la abuela que a su marido le perseguían. Ella no creía en esas cosas, pero aún así, les dieron una medicina. La tenían que tener cuarenta noches en la ventana. Una chica de otra casa vio que la medicina estaba ardiendo y les avisó. Pero eso pasaba todas las noches. Mientras el abuelo estaba enfermo, una mujer de Ochagavía fue con su marido a hacer una obra a su casa. Aquella mujer tenía una mala vibración y una noche una chica se la juntó en las escaleras y sintió algo raro. Aquella noche no pudo dormir y después de aquello le daban unos ataques muy fuertes, que se pasaba tres días y tres noches sin abrir los ojos. Mientras tanto el abuelo murió. Fueron a buscar a la abuela al campo y estaba con el niño pequeño y los bueyes. Cogió al niño y metió a los bueyes en el corral. Pero estos se escaparon. Había costumbre de ir a rezar un rosario a la casa del difunto y fue la chica de los ataques con otras dos. Y ellas dos bailaron encima del difunto. A aquella chica le dió un ataque y con los ojos cerrados dijo donde estaban los bueyes que se habían escapado. Más adelante nevó y un día que llevaron los bueyes a beber a la fuente se volvieron a escapar. Intentaron seguirles, pero pasaban por sitios que nadie puede cruzar y los perdieron. Aquella chica les dijo dínde estaban y sabía por dónde pasaban en cada momento. En la misma fuente se reunían a almorzar los chicos y aquella chica sabía todo lo que hablaban estando allí. La mujer de Ochagavía tenía un hijo estudiando para ser cura, y a menos de dos años de terminar, el parroco les dijo que lo sacaran porque nunca sería cura. Aquella mujer odiaba a algunas personas. Y una vez, por no hacer daño a la familia, bajó al corral y retorció un hierro. Por fín, resultó que la medicina no debió tener efecto en el abuelo, porque la abuela no creía, y por eso bailaban las dos chicas encima cuando murió.